Roliterra
Relatado por Roli
Todo nació un día. Hablando con Luu, me di cuenta de que mi forma de hablar, de escribir, un dialecto raro que inclúia agregados de otros idiomas, expresiones propias, y libertades personales, definidas y pensadas; podía ser catalogado como una lengua. Una lengua propia. Y así fue cómo coménce la frenética búsqueda de un nombre para esta lengua. Había sido creada por mí, por lo que su nombre debía derivar del mío: Roli. Y finalmente encontré la palabra justa: “Rólice”. Era esdrújula, como todas mis palabras preferidas, otro motivo para ser genial. El nombre en sí tenía personalidad.
Y al existir una lengua, debía haber un quien y un donde se hablara particularmente. Así me dije que tenía que tener mi mundo. El nombre vino hacia mí solo: Roliterra. “Hablo Rólice y vivo en Roliterra”, dije.
Y así todo comenzó como un juego... un mundo abstracto al que invocaba imaginariamente, y jugando... Pero la abstracción siemrpe me resultó algo incómoda para el día a día. Por lo que decidí que Roliterra debía tener una “interfaz” concreta. Allá las cosas reponderían a leyes físicas lógicas, “tangibles”. Si bien Roliterra siempre será producto de mi abstracción mental, se manifiesta de una forma concreta, análoga a como percibimos al mundo fijo (mal llamado “mundo real”).
Hasta que me di cuenta de lo que era posible: Ese mundo era mío, y podía decidir cómo era él. Qué cosas sucedían, qué fenómenos se manifestaban, cómo era su física, cómo era su gente, qué cosas había allí. Robots, máqunas inteligentes, tecnología de avanzada, gente más honesta, climas más a mi gusto... Y así, creando y creando el mundo fue creciendo, creciendo, hasta que se salió del molde. Y fue entonces cuando ese mundo, porque es la palabra con la que más cómodo me siento, aunque no tiene la forma de “mundo” que uno conoce normalmente, ese mundo se convirtió en algo real. Todo lo que era un juego, había comenzado a existir y tenía gente viviendo dentro, cosas que sucedían. Y desde entocnes cuando el mundo fijo no me basta, viajo allá para encontrarme con lo que necesito, lo que quiero y lo que deseo, un lugar que me satisface. Obviamente allá el tiempo transcurre y ocurren hechos que condicionan mi estadía, que me hacen tener que viajar por urgenicas, o tener que irme. Pero si ese mundo no fuera autónomo, real, ¿de qué me serviría vivir en una fantasía?
Imagen de Housburgo, principal ciudad aeroportuaria de Roliterra.
Roli

1 comentarios:
¡Me encanta!
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