Buscá en Sueños...

jueves, 29 de septiembre de 2011

Reflejo Inevitable

Revolviendo entre mis cosas viejas encontré mi cuaderno de redacción de cuando tenía trece, y entre otras cosas se encontraba un cuento titulado "Reflejo Inevitable". Se los dejo para que, si tienen ganas, o lean. También encontré una antología que escribí a los doce, tal vez publique algo, pero la mayoría es bastante mala. Lo voy a copiar textualmente, sepan disculpar los errores, que ahora noto a la legua.

- ¡Apurate!, vení por acá.- masculló Emilia casi sin aliento. Los gritos todavía se oían mientras corríamos detrás de unos matorrales. -Dale, apurate que no nos vieron.- Las panteras habían acabado con el guía del Safari y el resto de los turistas.
- No puedo ir tan rápido, me duele la pierna, ayudame -murmuré despacito. Desde hacía un mes yo tenía dudas de venir a la selva, pero Emilia me convenció, ahora me doy cuenta del gran error que cometimos.
Cuando estuvimos lejos, me senté en el húmedo suelo fangoso y me miré la pierna, estaba enormemente roja e hinchada, pero me tranquilizó ver que Emi estaba conmigo para ayudarme. Se sentó en frente mío y agarró el agua que traía en su mochila, y después de comprobar que aún estaba fría la apoyó con extremo cuidado en mi pierna. La hinchazón bajó en pocos minutos, por lo que supimos que no era nada alarmante. Me vendé desde la rodilla hasta el pie con un paño algo áspero pero firme, y cuando me hubo dolido menos salimos a explorar con la mayor de las precauciones.


Luego de caminar y caminar por horas nos dimos cuenta de que estaba anocheciendo, por lo que nos decidimos a buscar un lugar fresco y lo más seco posible para descansar. No estábamos dispuestas a dormir, pero estábamos tan cansadas que se me ocurrió la idea de vigilar turnos mientras la otra dormía.
A mi hermana le pareció bien, y es preciso que haga la aclaración de que Emilia y yo somos hermanas gemelas.
A la mañana, serían alrededor de las seis, me levanté y advertí que Emilia no estaba conmigo. Salí a buscarla gritando su nombre cuando la vi frente a mí, me acerqué, y ella se acercó a la vez. Luego oí un ruido a mi lado, cuando volteé vi a mi hermana con la boca abierta, mirándome. Me asusté mucho, y fui hacia donde estaba la segunda Emilia. Miré a la primera, y noté que imitaba todos mis movimientos. Entonces me di cuenta de que lo que estaba frente a mí era un espejo que se extendía hasta detrás de un árbol alto, muy lejos de mí.
El verlo un hizo recordar a mi casa, a la poblada ciudad con rascacielos que tienen ventanitas espejadas, reflejando la playa de enfrente. Cuando me di cuenta, estaba con la mano alzada, a punto de tocar el vidrio.
Miré hacia atrás, mi hermana me miraba y me dio la mano. Sabíamos que ese espejo tenía algo mágico, porque no me parece lo más habitual del mundo encontrarse en medio de la Selva Amazónica un espejo; y menos uno de semejantes dimensiones. Juntas lo tocamos, la Emilia y la Angélica del otro lado nos respondieron haciendo lo mismo. Fue entonces cuando la "copia Angélica" se movió, sin yo haberlo hecho, yéndose dos pasos más atrás. Luego, la otra Emilia hizo lo mismo, como invitándonos a pasar. Instintivamente ambas tocamos el espejo, pero no sentimos nada: pudimos pasar a través de él, y que las chicas del espejo se habían movido dejándonos lugar para pasar. Instantáneamente después de haber nosotras traspasado el cristal, las chicas salieron de él y comenzaron a irse hacia nuestro mundo nosotras nos vimos obligadas por algún extraño poder a hacer lo mismo que ellas, pero en sentido contrario. Ahora nosotras éramos el espejo. Cuando las copias no pudieron verse más, pudimos movernos con libertad. Me acordé de un libro que había leído de chica que decía que hace mucho tiempo unos indios creían que en los espejos vivían pequeñas almas que estaban obligadas a imitar lo que hacían los del otro lado.

~~~

Intentamos escapar en muchas ocasiones, pero no pudimos hacerlo hasta el día de hoy. No sé cómo pasó, pero Emilia quedó adentro. Yo logré salir. Jamás encontré a aquellas almas que nos imitaban. Lo único que sé ahora es que mi hermana jamás podrá salir y que estará condenada a ser mi reflejo toda la eternidad. Es aún hoy que sueño con ella: me dice melancólicamente: "Angélica, ayudame... Angélica..."



luu

6 comentarios:

ivanbura dijo...

Muy buena historia! Lástima por Emilia que quedó atrapada, pero la forma de contarlo, el traspaso al otro lado del espejo esta muy bueno.

Saludos!

Luu dijo...

¡Gracias Iván! A pesar de haberla escrito a los trece, tenía la idea desde del ocho de escribirla. Y bueno, supongo que me harté de los finales felices...

Roli dijo...

Me hizo acordar a un capítulo de Sabrina, la bruja adolescente. Está lindo

Luu dijo...

¿A cuál? No me acuerdo uno que me lo recuerde xD Gracias :)

ivanbura dijo...

Yo me acuerdo! Un capítulo que está malhumorada y la chica del otro lado del espejo la invita a cambiar por un día... y después no puede salir!
Y está un tiempo en un mundo al revés, donde todos están de mal humor. Y termina arreglando el día y logrando escapar con un poco de gelatina!!!

Jajaja, me encantaba esa serie :)

Luu dijo...

No recuerdo ese capítulo... Aunque pensándolo bien, me acuerdo pocos capítulos de la serie. La adoraba.

Publicar un comentario

Por favor, dejá tu comentario como NOMBRE/URL, nunca como anónimo. Los comentarios anónimos serán eliminados. (No hace falta llenar URL)