Buscá en Sueños...

jueves, 24 de marzo de 2011

Mi continuacion de "Residuos"

Para ver el original de Luis Fernando Verissimo, hagan clic ACÁ.
Nota: para entender este cuento, es necesario que primero lean el original. Luu.
   La mañana siguiente, en la bolsa desu vecina, él encontró las sobras de los camarones con arroz que habían comido la noche anterior (se habían decidido por la de ella, luego de una larga charla llena de interessantísimos argumentos que explicaban por qué habrían de ponerlo en tal o cual bolsa), bastante mina de lápiz rota, un par de hojas hechas pedacitos, una cáscara de mandarina, y los papeles que envuelven una bandita, algo arrugados.
   Intentó volver a juntar los trocitos de papel, para ver si lograba leer lo que decía, pero después de casi una hora, desistió. Era evidente que habían sido rotos así a conciencia, para que no pudiera interpretarse su contenido. Sonrió para sus adentros ante la idea de que ahora ella tendría sumo cuidado al tirar sus residuos. Sin embargo, él también lo hacía. Había pensado muchísimo si tirar la cajita de sal fina vacía era o no prudente. Se le ocurrieron mil teorías de cómo ella al notarlo, se disponía a evitarlo de por vida. Luego, por las dudas, había decidido que lo vería después, dejando el empaque sobre la mesada, junto a una colección de objetos usados, ahora inútiles, que se iban acumulando en tanto su indecisión crecía. Finalmente debería deshacerse de todo aquello, se había dicho. Aún así, ese era un tema que analizaría después.
   Revolviendo la bolsa, distraído, notó algo que no había visto antes: dos hojas de papel, dobladas cuidadosamente en cuatro, atadas, como en un paquetito, con una cinta rosada que terminaba en un moño. Se detuvo un momento, pero después tomó el paquete y tiró de uno de los extremos de la cinta, para desatarla. Eran poemas nuevamente, pero esta vez estaban escritos con letra extremadamente prolija, a veces arreglada con difíciles florituras. En los márgenes habían flores dibujadas. Los leyó. Eran preciosos, mucho más lindos que los anteriores que había escrito. Al final del segundo papel decía: "estos podés quedártelos, los escribí para vos". Una sonrisa se le dibujó en el rostro. Los leyó y releyó montones de veces. Cuando se dispuso a guardarlos, vio que el el reverso,  en letra pequeña, decía: "Se me antoja comida enlatada para esta noche".
luu

2 comentarios:

Mili dijo...

Muy bonito Luli :)

Luu dijo...

Gracias Milii ♥

Publicar un comentario

Por favor, dejá tu comentario como NOMBRE/URL, nunca como anónimo. Los comentarios anónimos serán eliminados. (No hace falta llenar URL)