Buscá en Sueños...

martes, 24 de mayo de 2011

Huggan (introducción)


Introducción

  Ya estaban llegando. Se escuchaba que, a lo lejos, se acercaban a caballo, gritando palabras ininteligibles en tono áspero y violento.

La única escapatoria que les quedaba era el diminuto cuartito que se encontraba bajo la puerta trampa de la cocina. La usaban de escondite en tiempos de guerra, cuando los bárbaros amenazaban con tirar abajo la casa y matar a todos los que estuvieran cerca.

Corrieron con todas sus fuerzas, con una lámpara de aceite prendida. Uno de ellos se resbaló y cayó de rodillas, pero se levantó rápidamente, y, dando tumbos, llegó junto al resto, que se agolpaba impacientemente junto a la abertura. Cuando habían logrado entrar, los pasos se empezaron a oír más cercanos. Ya no había gritos: trabajaban con toda cautela. En la piecita se oían sólo las respiraciones agitadas y los latidos de los corazones de los jóvenes. Ni siquiera se animaron a prender otra lámpara para ver cómo estaba la rodilla lastimada del que había trastabillado.

El refugio consistía en una estrecha pieza de piedra, de cuyo techo de tablas de madera pendían largas telas de araña. Al bajar, sus pisadas no hicieron ni el más leve sonido, puesto que bajo sus pies se extendía una capa de mugre de varios centímetros de alto. En una esquina había tres camastros, puesto que en ocasiones habían tenido que quedarse varias noches encerrados allí. En la otra punta de la habitación había una mesita y un gran aparador con víveres en conserva para tiempos difíciles. En algún lugar debía de haber una caja de madera repleta de velas que servían de luminaria. Sin embargo, todo esto estaba ahora oculto bajo un velo de oscuridad absoluta, ya que la lámpara se había apagado.

La puerta trampa estaba oculta porque la apertura coincidía con los bordes de las tablas del suelo de la habitación superior. Nadie notaría su existencia a menos que saltara encima de ella, y notara la mínima diferencia sonora. Aún así, la idea de que los hallaran los carcomía mientras esperaban.

Entraron, y los de abajo sintieron dos voces suaves y roncas, que recorrían toda la superficie. Luego fueron apagándose a medida que se alejaban por el pasillo por el que habían llegado.

Diez, quince, veinte minutos habían pasado desde que dejaron de oírse pasos y voces. Encendieron la lámpara. El miedo se veía reflejado en cada una de las caras. Pero el más grande de los hermanos esbozó una mueca que asustó a todos mucho más que lo que los soldados de azul habían logrado hacerlo. Con gran espanto, todos miraron a su alrededor. Eran cinco. Una de sus hermanas no estaba. Habría quedado atrás, y en el apuro y temor ellos no lo notaron. Salieron de allí lo más rápido que pudieron, y la buscaron por toda la casa, hasta llegar a la puerta principal. Era antigua y sus altas hojas pintadas de verde dejaban el intersticio de una pulgada entre los zócalos y la cerámica del suelo. La abrieron de un golpe y salieron corriendo. No había rastros de la niña, ni de los Caballeros de la Noche. Se miraron con caras de terror, angustia e ira, y con la mirada se prometieron que sería el último Huggan que se llevarían.


luu

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelentes historias, pero antes que todo quiero realizar una reflexión:
Los sueños desde su concepción, en ese mundo inconsciente provocan en más de uno plantearse muchas cuestiones, entre las que se encuentra ¿si esas acciones podrán realizarse en vida o son solo producto de ese estado?, muchas veces ha sonado en mi esa posibilidad, dejando de lado lo que la gente común pueda llegarle a brindar información a alguien o aun peor distribuyendo criterios y tabúes falsos, pero desde mi perspectiva de las cosas, los sueños son una puerta a aquellos que nosotros queremos para bien o para mal, son la imaginación que muchas veces pensamos a soluciones, cosas por venir entre otras. De verdad este espacio, desde su ubicación me ha mostrado una nueva mirada de escribir historias, que anteriormente solo eran simples relatos concebidos por algún momento de la historia introduciendo una estructura trágica que en ciertos puntos poseía gotas fuertes de pasión, desengaños y un montón de situaciones dispuestas a jugar un protagonismo jugoso.

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